EL “ESCLAVO SE LLAMA TRABAJADOR” Y EL “ TERRATENIENTE ES EL JEFE”.

Los procesos evolutivos que se han dado en la sociedad, no han sido del todo gratos, puesto que se ha jerarquizado a la misma, desde la visión de individuo, visto como un objeto mercantil desde los inicios de cómo es contada la historia, ya hace mas o menos tres siglos  los procesos de industrialización y el capitalismo han reformado el contexto socio-cultural, las maquinas poco a poco han tomado parte de nuestras vidas y en un punto esta tecnología nos ha ayudado no solo a generar un “nuevo mundo” facilista  de generación tras generación, pero el gran paradigma del cual es cuestión en esta era “postmoderna”, es como se mecaniza la sociedad y las fuerzas laborales del proletariado y como la burguesía siempre se a aprovechado de esta en gran medida; debido al poder parcial o absoluto, manejado por pocas esferas, no obstante la clase obrera siempre genera la gran mayoría de la sociedad, que vaga por la misma sin rumbo fijo, al condicionamiento cognitivo que las esferas del poder,  que los condicionan antes del nacer.

De hecho este proceso socio-mercantil, se evidencia gracias a la globalización que es determinado por múltiples factores: la explotación del trabajador, la marginalidad de sus derechos,  la magnitud o tasa de producción, el asinamiento y los pocos servicios prestados al mismo, por ello generar un lineamiento político o social dejaría en gran desventaja al cientista, investigador o solo al observador pasivo, como un ente sin facultades propias para opinar, puesto que estos mecanismos están fundamentados en lineamientos teóricos empíricos fuertes, que solo fundamentan lo dicho anteriormente, en una experiencia fundada en apariencias. Pues seguimos viviendo en una sociedad feudad donde el “esclavo se llama trabajador” y el “ terrateniente es el jefe”, cambiando la semiótica de la palabra, pero no el hecho real de lo que vive a diario la sociedad “ globalizada de un nuevo mundo”.

Por: Jeisson Osorio.