HELLEN RINCÓN RODRÍGUEZ, estudiante de comunicación social de noveno semestre de la universidad de pamplona.
¿LO QUE SE TRANSMITE ES LO QUE SE PERCIBE?
El proceso de interacción que se produce entre un emisor (quien transmite) y el receptor (quien escucha o recibe) el mensaje se conoce como comunicación, dicho intercambio se desarrolla en contextos determinados y de acuerdo con las situaciones que se generen alrededor de este proceso los emisores cumplen con sus objetivos o por el contrario el proceso se rompe creando diversos inconvenientes, los cuales al no ser solucionados directamente por los participantes mediante el uso de la competencia pragmática, trasciende al contexto rompiendo otros canales de comunicación.
En muchos casos, es difícil conseguir una comprensión mutua porque los interlocutores no entienden que para conseguir una comunicación eficaz, ambos deben compartir el mismo conocimiento y la utilización del mismo lenguaje. Puede ocurrir que no se produzca una total comprensión, sencillamente, porque las partes atribuyen distinto significado a ciertas palabras o términos.
Al emplear el lenguaje se utilizan palabras que para el emisor tienen sentido, pero que pueden no significar lo mismo para el receptor, por lo que se producen confusiones y una incorrecta comunicación. De esta manera la situación se torna más compleja cuando se analizan frases, en las que una serie de palabras tienen un significado implícito generando en la mayor parte de los casos efectos negativos.
La mayor parte de los problemas de la comunicación se asocia con la dificultad de asegurar que los datos que se van a transmitir se reciben en la forma y momento en que se desea sean recibidos. Esto ocurre cuando se parte de la idea errónea que ser detallista en la información es algo superfluo cayendo en el error de dar información, instrucciones, mensajes incompletos muchas veces con resultados nefastos para el bienestar de un equipo de trabajo.
La comunicación debe buscar siempre la “percepción” por parte del receptor por ello todo canal de comunicación que suponga algún retraso causará inevitablemente una distorsión del mensaje original, por lo que será difícil conseguir la comprensión pretendida.
Una cuestión previa para lograr una adecuada comunicación es saber lo que se quiere decir exactamente. De acuerdo con Gastón Fernández[1] en la conversación espontánea a medida que se habla se descubre lo que se quiere decir, es como si el emisor fuese un interlocutor interno quien oye lo que dice y de esa manera se va dando cuenta de si es eso lo que piensa o no. Sin embargo, cuando se habla ante un público donde no hay interrupciones es necesario que el emisor este muy seguro de lo que dice y transmita con claridad los mensajes pues sólo él está mostrando cómo está estructurado su pensamiento.
Por: Hellen Rincon Rodríguez para LA COMUNA.
Norma
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